Aunque nada supera un uso cuidadoso, puedes seguir unos pocos pasos para asegurarte de que tus relojes tengan largas y sanas vidas:
Mira la temperatura: nunca dejes tu reloj en el calor extremo o en temperaturas muy frías.
Aléjate de los imanes: no expongas los relojes de cuarzo a los imanes.
Mantén limpio tu reloj: limpia tu reloj con regularidad para remover el sudor, la suciedad y la grasa. Limpia el cristal, la carcasa y la correa con un paño suave. Las correas de cuero cuidan el reloj de las grasas de la piel, pero igual debes quitar los excesos. Limpia las correas metálicas con jabón, agua y un cepillo suave de ser necesario.
Lleva tu reloj mecánico a los profesionales: lleva tu reloj mecánico a un profesional cuando los engranajes necesiten limpieza y para mantenimiento general de los mismos, cada tres o cinco años.
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