martes, 22 de diciembre de 2009

Cuida tus piedras preciosas

Lleva a cabo estos cuatro pasos para mantener el color y la claridad de tus piedras preciosas.

Guarda tus piedras preciosas: Las joyas necesitan espacio prevenir desportilladuras. Guarda tus piedras por separado en paños suaves y evita así que se rayen unas contra otras.

Limpia tus piedras preciosas con regularidad: el polvo, la grasa de la piel y otras sustancias pueden causar que tus diamantes o piedras pierdan su destello. Limpia tus piedras de vez en cuando con agua y jabón. Ventílalas en seco y púlelas con un paño suave.

Remueve la suciedad de las piedras preciosas: Ocasionalmente puedes cepillarlas con un cepillo de cerdas suaves quitando la suciedad que se queda en la grietas. Para las manchas más resistentes, usa una solución débil de amoníaco y agua (aproximadamente una parte por cuatro partes) y un cepillo suave.

Respeta las monturas de metal de la joyería: trata las monturas de metal suavemente. El oro puede rayarse. Aunque un canal de cuatro puntas, de seis puntas, de bajo perfil o las monturas de bisel ofrecen más protección a tus piedras, debes consultar a tu joyero para asegurarte de que tus piedras ajusten bien y no se caigan.

Conoce cuándo hacer una limpieza profesional a tus piedras: Los chequeos anuales con la ayuda de un joyero te permiten mantener tus piedras preciosas limpias y calzadas correctamente en sus ajustes. Un joyero puede limpiar las piedras con vapor o con ultrasonido, aunque el ultrasonido puede hacer grietas internas o defectos peores.

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