Ayuda a tus diamantes a mantener su brillo natural.
Guarda los diamantes individualmente: los diamantes son la sustancia natural más dura que hay en la Tierra, pero igual pueden astillarse. Guarda las piezas individualmente en bolsas de paño suave para impedir que choquen unas con otras.
Limpia los diamantes con regularidad: el polvo, la grasa de la piel y otras sustancias pueden causar que tus diamantes o piedras pierdan su destello. Limpia tus piedras de vez en cuando con agua y jabón. Ventílalas en seco y púlelas con un paño suave.
Remueve la suciedad de los diamantes: ocasionalmente puedes cepillarlos con un cepillo de cerdas suaves quitando la suciedad que queda en la grietas. Acuérdate de tratar los ajustes metálicos con cuidado; el oro puede rasguñar la piedra. Para las manchas más resistentes, usa una solución débil de amoníaco y agua aproximadamente una parte por cuatro partes) y un cepillo suave.
Protege las monturas de joyería de metal: trata las monturas metálicas como las de oro con cuidado ya que pueden rayar la piedra. También, con regularidad, pide a tu joyero que se asegure de que tus diamantes estén ajustados en sus monturas para impedir que las piedras se caigan.
Conoce los pro y los contra de una limpieza profesional: Un joyero puede limpiar las piedras con vapor o con ultrasonido, aunque el ultrasonido puede hacer grietas internas o defectos peores.
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