lunes, 7 de diciembre de 2009

Conserva en buen estado tus piedras preciosas

Asegúrate de que tus piedras preciosas permanezcan en su mejor forma con unos pocos simples pasos. Las joyas necesitan espacio para estar libres de desportilladuras. Guarda tus piedras por separado en paños suaves y prevén que se rayen una contra otras.




Limpia tus piedras preciosas

El polvo, la gratitud de la piel y otras sustancias pueden causar que tus diamantes o piedras pierdan su destello. Limpia tus piedras de vez en cuando con agua y jabón. Ventílalas en seco y púlelas con un paño suave. Ocasionalmente puedes cepillarlas con un cepillo de cerdas suaves quitando la suciedad que se queda en la grietas. Acuérdate de tratar los ajustes metálicos con cuidado; el oro puede rasguñar la piedra. Para las manchas más resistentes, usa una solución débil de amoníaco y agua (aproximadamente una parte por cuatro partes) y un cepillo suave.



Lleva tus piedras preciosas al joyero

Los chequeos anuales con la ayuda de un joyero te permiten mantener tus piedras preciosas limpias y situadas correctamente en sus ajustes. Un joyero puede limpiar las piedras con vapor o con ultrasonido, aunque el ultrasonido puede producir grietas internas o defectos peores.



Aunque un canal de cuatro puntas, seis puntas, de bajo perfil o las monturas de bisel ofrecen mejor protección a tus piedras, debes consultar a tu joyero para asegurarte de que tus piedras encajen bien y no se caigan.

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